¡Cómo sufren! Pobres canes,
verdadera pesadilla:
los preside una gavilla
de los perros más patanes.
El Jelipe y sus truhanes
muy perversa es la jauría…
La perrada en agonía
lamentando este destino
que por culpa de un cretino
pasan hambre noche y día.
Ese perrito funesto
siempre ha sido un hocicón,
se engrandece el bravucón
allá arriba de un gran puesto.
Un impuesto él ha propuesto
porque, dice, son sus planes
a los pobres darles panes…
En el cielo, como un santo,
y en la tierra mientras tanto
¡Cómo sufren! Pobres canes
¡Cómo sufren! Pobres canes
no tienen para el sustento
ni tampoco alojamiento,
porque son de bajos clanes.
Ya lo dicen los refranes
que la cosa no es sencilla,
al que no es de camarilla
ni del club de chupicuates,
resistiendo cual orates:
verdadera pesadilla.
Verdadera pesadilla
para el perro de la calle
el que no es de mucho talle,
pero en cambio esa perrilla
a quien dicen La Gordilla,
bien pagada la ladilla
encabeza una planilla
de los perritos maestros
como si fueran secuestros,
los preside una gavilla
Los preside una gavilla
de lebreles muy ojetes,
siempre andan tras los billetes
siguiendo a ese cabecilla
con cara de rabadilla;
el perro gordo Castranes,
ayudando en sus desmanes
asistiendo al Falderón
que le juega al vil ladrón
de los perros más patanes.
De los perros más patanes
un tal chavo Chávez Chávez
será quien quite las trabes
para que otros barbajanes,
bien transas los muy rufianes,
ya perpetren sus afanes:
“mejor yo, que tú me ganes
pa´ mí no hay ningún problema”
pareciera ser su lema
el Jelipe y sus truhanes.
El Jelipe y sus truhanes,
y también el perro Diego,
lanudo, de enorme ego,
de grotescos ademanes.
Es patrón de unos chalanes
que puso en secretaría
a cobrar su canonjía,
y aunque ya no es un sabueso
él sigue royendo un hueso.
¡Muy perversa es la jauría!
Muy perversa es la jauría
con qué manera burlesca
protege a los Bribonesca,
perruchos de mala cría,
dueños de oceanografía
ven en PEMEX su alcancía
y hacen una ratería.
¡Cuánto seguirán saqueando!
Mientras unos van ganando
la perrada en agonía
La perrada en agonía
y entre tanto asesinato
se preocupan del no nato
en la procuraduría.
¡Es por pura hipocresía,
la vida vale un pepino!
El que no es fino canino
que se muera como un perro,
ni una flor en el entierro
lamentando este destino.
Lamentando este destino:
mal habida la fortuna
que el cachorro garcialuna,
millonario repentino,
por negocio clandestino
más que perro es un porcino.
Eso que hoy el muy ladino
comparece ya molesto
y pretextos él ha puesto:
¡Que por culpa de un cretino!
Que por culpa de un cretino,
decadente presidente,
carente de coeficiente,
un mezquino y anodino,
resulta ser el padrino
de la perra oligarquía;
por eso, gran mayoría
de perritos inocentes
a merced de delincuentes
pasan hambre noche y día.
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