
jueves, 30 de julio de 2009
martes, 14 de julio de 2009
sábado, 4 de julio de 2009
lunes, 1 de junio de 2009
lunes, 20 de abril de 2009
TEATRO DE MARIONETITAS
martes, 7 de abril de 2009
EL CIRQUE DU CULEIL
Amigito (sic) Disfruta de un circo verdaderamente entretenido, no como esos pinchurrientos circos de pueblo en los que la máxima atracción es un elefante sordo que vomita cacahuates. Maravíllate con las piruetas que este hato de bestias de circo que elaboran complejísimas acrobacias sobre la estabilidad (financiera y emocional) de millones de mexicanos.
miércoles, 25 de marzo de 2009
NARQUEOLOGÍA MEXICANA
El Periodo Reteclásico es la decadencia del esplendor de la cultura Hummerozteca. Se caracterizó por la impune opulencia de sus gobernantes, como la cacique restirada Charrítzin Quepopoca (Expeler Fondillo) quien manipulaba usando conjuros y malas mañas. Era la Reina del PANAL de los zánganos. Ponía y quitaba a los achichinquis ya que tenía mucho más poder que el mismísimo Empeorador Fecaloxtli.

El periodo Narcoposclásico se caracteriza por las dualidades en la esfera política y en el ámbito religioso: los narco-empresarios y los narco-sacerdotes le quieren enmendar los códices al narco-gobierno. Esta figurilla postrada ante un figurón personifica a Fecaloxtli, el Peléletl de los Mexingas (en una de sus múltiples representaciones, en este caso como una alimaña rastrera) al momento de suplicarle a Slimtzin, el insaciable Dios de las Riquezas y la Especulación, que no invoque las fuerzas catastrofistas del mal.

Entre los husmea-flatulencias (consejeros) del Meretríz Empinador estaba el afamado Gris Bueyes, el Chinche Achichinque, encargado de la cacofónica comunicación del Imperio. Este lenguaraz disfuncionario público trabajó en la Iniciativa PRIvada y se malacostumbró a expectorar sus comentarios sin miramientos, haciendo del recurso público un negocio privado. Cuenta la leyenda que, en cierta ocasión le hicieron pública su verborragia y para que no se perdiera el usufructo de lo ya negociado, se tuvo que esconder en el inframundo de los asesores malhechores del Peléletl.

Pieza del Clásico periodo Tardío de la incultura del Tío-Teguacán (así era conocido el Señorito Tolucas por la costumbre que tenía de ordenarle a sus súbditos que usaran el burbujeante refresco de orígen poblano, mezclado con chile, como arma disuasiva y recurso retórico ante la protesta pública) Asombrosamente, este mascarón del Tlatoani fue descubierto con todo y su instalación eléctrica para hacerlo resplandecer en la oscuridad.

La Gran Mexingoshtitlán se administraba con un sistema de gobierno policorrupteísta, es decir, la policía era totalmente corrupta en todas partes. Mafioxtli Ganstercialunátzin, el guerrero-ganso comandaba a los guerreros-zopilote para imponer el desorden. Era un ser mitológico y patológico que habría causado mucho daño. Sin embargo, aún hoy -a 6 siglos de distancia- los arqueólogos están impedidos por la ley para investigar el caso hasta el año 3089.
lunes, 23 de febrero de 2009
NARCOUIJA
¿Quieres saber en qué va a parar la guerra contra el narco? ¿Crees que te investiguen como parte de los operativos de Operación Limpieza? Pregúntale a los Espíritus del más allá, con LA NARCOUIJA
jueves, 12 de febrero de 2009
LUCHA LIBRE KK
martes, 6 de enero de 2009
sábado, 27 de diciembre de 2008
domingo, 21 de diciembre de 2008
domingo, 30 de noviembre de 2008
lunes, 17 de noviembre de 2008
martes, 28 de octubre de 2008
jueves, 2 de octubre de 2008
FÁBULAS CÁBULAS
¡Oh qué grises nubarrones!
¡Qué espantoso panorama!
Es un verdadero drama
para los pobres gorriones,
a merced de los buitrones
y montones de rapaces.
Aunque dice muchas frases,
triste Presidente Loro,
es sordo al grito sonoro:
¡Renuncien por incapaces!
Hoy el cielo está afligido
no hay calandrias, ni un jilguero
sólo aves de mal agüero,
las parvadas ya se han ido
tras lugar más escondido…
En la guerra contra hampones
ocho pájaros matones
mataron a dos canarios
presumiéndolos sicarios
¡Oh qué grises nubarrones!
¡Qué espantoso panorama!
Es un verdadero drama
para los pobres gorriones,
a merced de los buitrones
y montones de rapaces.
Aunque dice muchas frases,
triste Presidente Loro,
es sordo al grito sonoro:
¡Renuncien por incapaces!
Hoy el cielo está afligido
no hay calandrias, ni un jilguero
sólo aves de mal agüero,
las parvadas ya se han ido
tras lugar más escondido…
En la guerra contra hampones
ocho pájaros matones
mataron a dos canarios
presumiéndolos sicarios
¡Oh qué grises nubarrones!

¡Oh qué grises nubarrones!
¿Se avecina la tormenta?
¿O son pájaros de cuenta
de turbias agrupaciones?
¿Policías o son halcones?
-dice un pollito en la rama-
Apenas esto él exclama
y resulta secuestrado
por crimen uniformado
¡Qué espantoso panorama!

¡Qué espantoso panorama!
con los pájaros bandidos
todos ellos coludidos
en esta trágica trama.
Es terrible la amalgama:
mafia en el organigrama
muy difícil crucigrama…
y el jefe que es avestruz
está de dar patatús
¡Es un verdadero drama!

¡Es un verdadero drama!
pajarotes policiales
son cómplices de los males
por eso tienen su fama…
para colmo ahora reclama,
pichón de corporaciones,
que se tomen más acciones
a favor de su camada
y eso que sin darles nada
para los pobres gorriones
para ellos es la carencia,
víctimas son de violencia
y de otras humillaciones…
Desfilan los batallones
haciendo demostraciones
¿Por quién rugen los cañones?
Por el dos veces galván,
El General Gavilán
a merced de los buitrones.

A merced de los buitrones
estará española Grulla,
no se entiende qué masculla
entre sus disertaciones,
huecas por las omisiones.
Suelta discursos procaces
tan absurdos y falaces,
así son él y su jefe
el Perico mequetrefe
y montones de rapaces.

Y montones de rapaces
fueron a comparecer
tenían mucho que esconder,
proteger ciertos enlaces.
Por eso va con disfraces,
pretextos de todas clases,
el Cotorro y sus secuaces
¿Comparecen? ¡Puros cuentos!
no teniendo ni argumentos
aunque dice muchas frases.
Aunque dice muchas frases
la verdad es muy distinta
totalmente a lo que él pinta
en sandeces bien locuaces
¡Vocingleros contumaces
al cinismo le hacen coro!
Y en ese gabacho foro
minimizan estropicio
busca lograr el auspicio
¡Triste Presidente Loro!

¡Triste Presidente Loro!
¿Un acuerdo de cien días?
¿Acabar con pillerías?
Si todo va al deterioro,
gobierno del puro choro…
Del pajarito canoro
con esa jaulita de oro:
sólo es bueno a la cantada
y él de oír, nada de nada
es sordo al grito sonoro.

Es sordo al grito sonoro
obtuso a cualquier razón.
¡Pajarraco de ambición
va cegado por el oro
cayendo en el peor desdoro!
¡Caterva de lenguaraces!
La verdad ¡No la amordaces!
desde el Buitre hasta el Perico
todos se embarran el pico
¡Renuncien por incapaces!
martes, 2 de septiembre de 2008
Clásicos Cuentos EL PATITO FEO

ajo la sombra de Los Pinos en una turbia laguna, retozaban muy horondos los patos. ¡Qué lindos eran los veraniegos días de solaz! ¡Dichosos eran todos porque tenían cuanto querían! Cada pato con su pata, incluida su parentela; cada quien con su nido.
Tras un enmarañado matorral empollaba una pata gordilla. Tenía tanto tiempo resguardando sus huevos que ya se impacientaba. Al fin esa larga espera llegaba a feliz término, los huevos se fueron abriendo uno tras otro. ¡Cuac-cuac! decían mientras iban rompiendo el cascarón. ¡Oh que grande es el mundo! ¿Y es todo para nosotros? -dijeron los patitos. Y ciertamente disponían de un espacio mayor de el que tenían dentro del huevo.
¿Creen que esto es el mundo entero? -preguntó la mamá pata- ¡Pues sepan que todavía hay muchísimo más que nos podremos repartir! Bueno, espero que ya estén listos -agregó, levantando su plumífero trasero- ¡Ah, pero si todavía falta el huevo más huevón! ¿Cuánto tardará? No quiero entretenerme más.
Y se apoltronó nuevamente. Uno de los patitos preguntó: ¿Y qué haremos mamá? ¡Cuac-cuac!. La madrota, con el todo el amor que una pata madre puede dar, le respondió: pues lo que tienes que hacer hijo mío es muy fácil, sólo tienes que hacerte pato, eso es todo. Estaban en amena plática cuando de repente del huevo que quedaba, del más rojizo de todos sus huevos azules, salió un pico algo retorcido. ¡Cua-cuá! salió un patito patón.
¡Qué feo y grandote patito! -Dijo un viejo ganzón que por ahí se bañaba- ¡Tiene mucha cola también! ¡Y las patas manchadas! -Agregaron las otras patas- La gordilla pata frunció el restirado pico: ¡Envidiosas! ¡Ya verán que este patito va a ser el más pato entre los patos! ¡Cuac-cuac y requetecuac! Se fue haciendo un gesto remilgón: ¡Vámonos patitos! ¡Cuac!
Así fueron pasando los días y las noches y el patito grandulón crecía y crecía; aleteaba, pataleaba y pederasteaba más que los otros patitos. Siempre lo hacían a un lado sus hermanitos, lo veían con desagrado por feo y por su origen rojizo. Harto de esta situación, el ahora patote feo, decidió emprender el vuelo. Probaría suerte en otra parte. De todos modos es un ave de mal agüero, de esas que solitas se manchan el plumaje antes de cruzar el pantano.
Surcó los cielos, atravesó montañas, valles y serranías. Llegó hasta los mismos confines de la ignominia. Cansado de sus avatares, un buen día escuchó a lo lejos unos graznidos que le parecieron familiares. Se acercó a la ciénaga de donde provenía el gutural sonido. ¡Enorme sorpresa cuando vio unos pajarracos horripilantes quienes le daban cálida bienvenida!
¡Miren quién viene ahí! -dijo una de las aladas criaturas- ¡Es Buitreyunes! ¿Me conocen acaso? -replicó el otrora pato feo- ¡Claro que te conocemos! -respondieron al unísono- ¡Si eres uno de los nuestros! ¡Afíliate con nosotros y vas a ver! Así lo hizo el grandísimo zopilotón y dándose cuenta que estaba listo para zopilotear se dedicó a lo suyo. Y azulín azulado este cuento se ha acabado.
Tras un enmarañado matorral empollaba una pata gordilla. Tenía tanto tiempo resguardando sus huevos que ya se impacientaba. Al fin esa larga espera llegaba a feliz término, los huevos se fueron abriendo uno tras otro. ¡Cuac-cuac! decían mientras iban rompiendo el cascarón. ¡Oh que grande es el mundo! ¿Y es todo para nosotros? -dijeron los patitos. Y ciertamente disponían de un espacio mayor de el que tenían dentro del huevo.
¿Creen que esto es el mundo entero? -preguntó la mamá pata- ¡Pues sepan que todavía hay muchísimo más que nos podremos repartir! Bueno, espero que ya estén listos -agregó, levantando su plumífero trasero- ¡Ah, pero si todavía falta el huevo más huevón! ¿Cuánto tardará? No quiero entretenerme más.
Y se apoltronó nuevamente. Uno de los patitos preguntó: ¿Y qué haremos mamá? ¡Cuac-cuac!. La madrota, con el todo el amor que una pata madre puede dar, le respondió: pues lo que tienes que hacer hijo mío es muy fácil, sólo tienes que hacerte pato, eso es todo. Estaban en amena plática cuando de repente del huevo que quedaba, del más rojizo de todos sus huevos azules, salió un pico algo retorcido. ¡Cua-cuá! salió un patito patón.
¡Qué feo y grandote patito! -Dijo un viejo ganzón que por ahí se bañaba- ¡Tiene mucha cola también! ¡Y las patas manchadas! -Agregaron las otras patas- La gordilla pata frunció el restirado pico: ¡Envidiosas! ¡Ya verán que este patito va a ser el más pato entre los patos! ¡Cuac-cuac y requetecuac! Se fue haciendo un gesto remilgón: ¡Vámonos patitos! ¡Cuac!
Así fueron pasando los días y las noches y el patito grandulón crecía y crecía; aleteaba, pataleaba y pederasteaba más que los otros patitos. Siempre lo hacían a un lado sus hermanitos, lo veían con desagrado por feo y por su origen rojizo. Harto de esta situación, el ahora patote feo, decidió emprender el vuelo. Probaría suerte en otra parte. De todos modos es un ave de mal agüero, de esas que solitas se manchan el plumaje antes de cruzar el pantano.
Surcó los cielos, atravesó montañas, valles y serranías. Llegó hasta los mismos confines de la ignominia. Cansado de sus avatares, un buen día escuchó a lo lejos unos graznidos que le parecieron familiares. Se acercó a la ciénaga de donde provenía el gutural sonido. ¡Enorme sorpresa cuando vio unos pajarracos horripilantes quienes le daban cálida bienvenida!
¡Miren quién viene ahí! -dijo una de las aladas criaturas- ¡Es Buitreyunes! ¿Me conocen acaso? -replicó el otrora pato feo- ¡Claro que te conocemos! -respondieron al unísono- ¡Si eres uno de los nuestros! ¡Afíliate con nosotros y vas a ver! Así lo hizo el grandísimo zopilotón y dándose cuenta que estaba listo para zopilotear se dedicó a lo suyo. Y azulín azulado este cuento se ha acabado.
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